Una Historia.
Para
fines del siglo XIX Carúpano, poseía un crecimiento muy activo debido a las
exportaciones a Europa de productos carupaneros en los rubros de cacao, café,
caña de azúcar y el azufre extraído en la península de paria y comercializado
por una compañía Alemana que obtuvo la concesión en el año 1807.
Fachada Externa |
El
auge del comercio estimulo la presencia de distintos países que se vinieron
interesados en abrir sus consulados en la ciudad y es así como para finales del
siglo XIX existían en Carúpano representaciones de: España, Francia, Estados
Unidos, Italia, Holanda, Brasil, México, Costa Rica, Panamá, Chile y un
Viceconsulado de Dinamarca. Gracias a este intercambio, en Carúpano,
principalmente en la calle larga, hoy avenida Independencia, se abrieron muchos
comercios donde se vendía todo tipo de productos importados, como ropa de
vestir, zapatos, sombreros, instrumentos musicales principalmente pianos,
materiales de construcción como tejas francesas, que luego fueron copiadas y
construidas por carupaneros y vendidas en todo el país.
Para
el año de 1876, debido al intercambio comercial tan importante que existía con
Europa, los gobiernos de Venezuela y Francia firman un convenio para la
instalación del Cable Submarino, que serviría para mantener la comunicación vía
telefónica y que uniría las ciudades de Carúpano con Marsella. Se le otorga la
concesión a la compañía "The West Indian and Panama Telgraph Cable Company
de Londres" por 25 años y para finales de 1877 se tiene la instalación
definitiva, pasando también el cable por la isla de trinidad.
En esta misma época se construye la casa del cable o la casa del cable francés como también se la conoció, donde estaban las oficinas de la empresa. Cuando se termina la concesión, la casa se vende y durante el siglo XX tuvo distinto usos. Fue una escuela de monjas, casa de familia, y también oficina de identificación donde se tramitaban y entregaban la cedulas. Por falta de mantenimiento, fue deteriorándose hasta quedar prácticamente destruida y en 1992 la compran empresarios de la zona e inmediatamente comienza la restauración.
Se
investiga con historiadores de Carúpano para documentación fidedigna, y fotos
de la época, que asegure que será una réplica de lo que fue. Se contrata a un
carpintero de la zona, con mucha sensibilidad y respeto por su trabajo, y
durante dos años se dedica exclusiva mente a la remodelación. Se utiliza
materiales de la época, de las casas coloniales de rio Caribe y Carúpano que
estaban en demolición.
Se
tiene asesoría de una arquitecta argentina especialista en restauración de
casas antiguas y construcción de bahareque. Se contrata a la única persona de
la zona, que había dedicado toda su vida a la construcción de bahareque y
enseña al resto de los trabajadores su arte.
Ahora tiene su sede en la fundación Thomas Merle, dedicada a la formación de niños y jóvenes en educación ambiental y sensibilización con la naturaleza. También tienen sus oficinas otras empresas de la zona, que con sus aportes ayudan a mantener los requerimientos de esta casa con más de un siglo de antigüedad, sin aportes gubernamentales y manteniendo su estilo colonial y señorial que la caracterizó en su época de apogeo.
esta es una gran historia para aprender de nuestro munucipio conocido como Carúpano saver de sus playas y rios incluso para enceñar muy importante
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